lunes, 11 de enero de 2010

O DEBATE SOBRE O FAMOSO "EXAMEN DE ESTADO" EN LA NOCHE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

–V–

Non podo deixar de referirme á presencia de Vicente Risco neste interesante debate. Como nos casos anteriores, aínda que neste pareza máis suxerente, o punto de vista de cada autor revela segredos moi curiosos da súa personalidade.

Vicente Risco participa neste encontro de opinións con tres artigos: "Acerca del Examen de Estado", (18/10/1946), "Acerca del Examen de Estado II. Amigos y enemigos", (21/10/1946), e "Acerca del Exanen de Estado III. Razones en pro, razones en contra", (22/10/1946). Aínda que pensamos que se podía agardar del unha maior profundización nas causas desta polémica, por razóns que nunca estiveron de todo claras –a súa situación política como un dos principais líderes do Galeguismo, o seu témero medo a represalias de calquera fanático ou, simplemente, o seu profundo catolicismo–, tamén neste caso se moveu coa máxima prudencia. Punto de vista que, en calquera caso, non significa en absoluto poñer en dúbida a sinceridade das súas manifestacións, ben que non poidamos vernos de todo libres da sospeita de que dalgún xeito poidan estar motivadas pola necesidade de manifestar que él tamén está aí, como todos os españois daquel momento.

Pensaba o mestre ourensán que, efectivamente,

"Se está moviendo una gran polémica en pro y en contra del Examen de Estado. Esta polémica apasiona realmente al público, tanto que no se desarrolla sólo en los periódicos, sino, mucho más aún, en las conversaciones privadas."

"En realidad, la polémica –insiste Risco– podría reducirse a puntos muy concretos, pero la naturaleza del asunto lleva consigo que se vean implicados en ella cuestiones de larguísimo alcance, como son el plan actual de la Enseñanza Media, y el problema de la libertad de enseñanza."

A súa defensa do sistema actual baséase esencialmente nas seguintes razóns:

"Hay dos grandes tipos de educación: la "humanística" y la "realista. La primera, a base de lenguas y literaturas clásicas, atiende a la formación, a la perfección del espíritu; la segunda, a base de ciencias naturales y lenguas modernas, atiende a la utilidad. La una busca al hombre pleno, la segunda al hombre práctico."

(...)

"En la españa del siglo XIX –engade pouco máis adiante– se creó un Bachillerato plenamente realista, acaso más realista que en ninguna parte, reduciendo las Humanidades a su más mínima expresión."

(...)

"Precisamente, una de las cosas que se propone la vuelta, en España, al Bachillerato humanístico es combatir la deformación profesional" propia del especialista, del que no sabe más que una cosa, tan frecuente y peligrosa en nuestros tiempos. (...). Además, la organización actual de los estudios medios ha establecido la libertad de enseñanza."

(...)

"Dos exigencias –acaba concluíndo– fundamentales, una de orden cultural y pedagógico, otra de orden moral, jurídico y religioso, dos adquisiciones del régimen actual de España, a los que no podemos renunciar."

Idea esta á que volve con novos ánimos no artigo seguinte, "Acerca del Examen de Estado II. Amigos y enemigos", (21/10/1946). Despois de razoar, brillantemente, que non son os estudantes nin siquera os seus pais os que poden opinar sobre a necesidade de reformar o Examen de Estado, afirma con toda rotundidade: "Aquí los aptos para opinar son –nadie lo negará– las personas dedicadas a la enaseñanza y que conocen directamente el pro y el contra del sunto. Entre el profesorado, las opiniomes parecen estar devididas. No vamos a entrar hoy en ellas. Solamente advertiremos que lo que se discute es, indudablemente, una cuestión técnica, pero esta cuestión técnica está subordinada a principios superiores, fundamentales y previos a toda pedagogía, porque afectan al ser mismo de la cultura, al ser mismo del hombre."

Aí está a nai do año. Por fin, o profesor Vicente Risco decídese a poñer de manifesto cales son as verdadeiras razóns dun sistema educativo que non poden ser, en absoluto, motivo de debate entre os seus inmediatos destinatarios (os estudantes) nin entre os pais destes, nin siquera entre os expertos en pedagoxía. Así, pois, atendendo só a aquelas cuestións que poden ser obxecto de opinión, Risco non dubida en concluír –terceiro artigo–:

"A nuestro juicio –acaba dicindo–, no debiera mirarse el Examen de Estado como una comprobación o fiscalización de la labor del profesorado de Enseñanza Media de los Institutos, sea de los Colegios religiosos o privados, sino como una prueba de aptitud de los escolares que aaspiran al título de Bachiller. Si el confiarlo a las Universidades es por haber sido tradicionalmente, y ser aún en muchos paises, el de Bachiller un grado universitario, esta razón nos parece más fundada que la otra. Sin que haya de suponer, en ningún caso, menoscabo de la consideración que al Estado merece el profesorado de Enseñanza Media. El cual podría muy bien cumplir la función de que se trata, aunque claro está, con una condición que, sin duda, exige el régimen de libertad de Enseñanza: y es que, si se atribuye a los establecimientos de Enseñanza Media del Estado, la función de realizar el exámen final de los alumnos aspirantes al Bachillerato, habría que conceder el mismo derecho, respecto a los suyos, a los Colegios religiosos y privados."

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